navy seals

era domingo y en un acto de independencia y madurez, decidi que tenia los quinientos pesos necesarios para ir al centro en bus y ver alguna pelicula por primera vez, mi primera vez en cine solo, escogi navy seals con charlie sheen en el cid, media cuadra abajo del parque bolivar, cerca de la catedral metropolitana y al lido, diagonal al odeon y vecino de un cine porno, al frente queda un restaurante de comida china con un buda dorado en la entrada y un gato de porcelana que invita a entrar (igual al gato fotojapon), el cid era un cine inmenso con dos graderias y capacidad para mil quinientas personas, en esa oportunidad habia unas cincuenta, la silleteria en buen estado y una pantalla en la que se podrían proyectar cuatro peliculas si fuera un multiplex, yo y mis once años disfrutaron la pelicula justo lo que alguien de once años puede disfrutar esa pelicula, sali en busca de la avenida oriental pero ver un sitio de maquinitas (arcade), lleno de street fighters, mortal kombats, rally y demás inguandias de la epoca fueron irresistibles, entre a loliar, cuando mas disfrutaba de las habilidades de algún jugador se me acerco un gamín, un niño de la calle, con un cuerpo de mi edad, una cara con cinco años más y los ojos de un viejo, me dijo: pelao me va a servir para gameto, yo lo mire con todo el control de esfinteres del que fui capaz y le dije que no, el niño envejecido se alejo y se quedo mirandome, hasta este momento no tengo idea si eso fue lo que me dijo ó lo que yo entendi, nunca más oi la palabra gameto en un contexto callejero, pero pensar que un niño con ojos de viejo se me hubiera quedado mirando en actitud amenazadora ya fuera porque queria dinero afecto ó sexo (si, sexo, mi máma me adoctrino muy bien en el tema violadores y locos desde chiquito) fueron suficientes para salir con la poca calma que me quedaba y al doblar la primera esquina llevarme en un carrera desbocada por toda la calle junin hasta el edificio coltejer donde tome aire y mire para atras, no vi a nadie pero segui corriendo, corriendo hasta llegar al paradero del bus.