lunes, abril 30, 2012

para mi

Por curiosidad vengo y leo, lo primero que se me ocurre es curiosear un rato, leer lo último que escribí, poner al día esta cosa, pero me detengo, a quien diantres le importa lo que he hecho en este ultimo año, entonces me pongo a pensar en cosas, cómo el gato de schrödinger (wow lo puedo escribir bien sin mirar en google) y como el popito a veces se parece, bajas la tapa, sueltas la carga de agua y piensas, se fue o no se fue, igualito que el gato, el popito esta y no esta, quantum entanglement en su mas coprológica expresión.

Después igual que naty, pienso en lo bueno que pasabamos hace 8 años y que ya ni nos vemos, parce es que piense hace 8 años yo andaba por los 25 añitos, era un pollo al que la barba le crecía rala, ni hablar de dea o nanda que estaban recién entradas a la veinteañez, cuando este parche se marchito en muchos sentidos, termine en flickr con el chamizo project, mero descontrol, menos porro y mas locura, de ahi salieron mis novios Juango y Jorge, entre la personalidad asexual de uno y la hipersexualidad del otro y el desorden de cosas que tenemos en la cabeza somos una cosa maravillosa, pero Jorge se fue pa Bethesda, yo me vine para Bogotá esperando reencontrar mis amigos de TOL (la verdad me vine por Diana, sino fijo estaría en Francia guevoniando) y Juango anda en Medallo después de una gira por un emirato, ojala y se venga para acá.

Y llegue a Bogotá, y la vida digital quedo relegada, esa interfaz anda cogiendo polvo, trabajar y trasnochar trabajando, ya cuando hago fiesta de cumpleaños caigo dormido a media noche y mando a la gente pa la puta mierda, pa que dejen dormir (pero con cariño) porque no es que me sienta viejo, es que me da mas sueño. Así me llegaron los 33 y seguro llegaran los 34, y a falta de novios si que hacen falta los amigos de antes, sacar frases de tia con Dea, contarnos venturas y desventuras de una vida matrimonial con Ana, rajar del mundo con Nanda, emborrachar a Turo y dejarlo dormir en un sofa, que Leo venga y nos predique el Legalvismo, que Marcela mande traer el petaco de Solera y nos riamos de ese viaje loco a la Guajira, que Natalia nos diseñe una experiencia de usuario y que cante y grite: "Buga" con ese acento patojo tan sabroso, y que zero y el pescado se cazen (con Zeta), pero ni mierda, es la ginebra moviéndome los dedos.