miércoles, diciembre 01, 2010

calle luna / calle sol

siempre he pensado que al momento de un robo la mejor opción es no oponer resistencia, entregar las cosas con la mayor calma posible y así evitar el golpe, la puñalada, el balazo, el dolor, en el colegio me atracaron tres veces en septimo, el mismo modelo de reloj, solo se llevaron el reloj, nunca pidieron nada mas, en octavo me robaron la maleta aunque amablemente me dejaron sacar los cuadernos, casi todas las veces fue con navaja a la vista, solo una vez fue con el gran magnetismo que expele un gamin harapiento y oloroso.

a mi papa una vez le pegaron un balazo a una cuadra de la casa, por no dejar que le robaran la moto a un amigo del trabajo, no recuerdo si el robo prospero, pero mi papa si estuvo unos días en el san Vicente, y le quedo una cicatriz de casi una cuarta al lado izquierdo del ombligo, un poco mas a la izquierda se ve el punto por donde entro la bala, la bala nunca ha salido, creo que estaba cerca del hígado o de un riñón, y los médicos prefirieron no tomar riesgos y dejarla ahí,

durante el tiempo que fui novio de hanna, los taxistas me contaban las mejores historias de robos, supongo que al ver que me montaba en un edificio bonito, de una zona de ricos y que iba para manrique a una zona a veces de pillos, los hacia relajarse conmigo, de cierta forma adoptarme y contarme sus historias, acá en bogotá no lo logro no tengo un background cultural ni social para compartir, las vias que mas transito no tienen ese tipo de historias, en los barrios por los que me muevo no viven taxistas, no es posible crear ese lazo, entonces terminamos hablando del clima, o de las obras en la 30, de los trancones, de los accidentes. por eso esta ciudad nunca me ha olido a barrio, siempre no importa como la mire termina oliendome a urbe, a smog, a afan, nunca huele a tertulia, a carniceria de esquina, a revuelteria, a granero.

y despues de dar vueltas termino pensando en salsa, que seguramente lo que me hace falta es bailar, para olvidar que estoy en una ciudad con corazon de oropel y volver a sentirme en un barrio de calle luna y calle sol, porque alla me siento mas seguro, sé a que hay que temer, en cambio en la ciudad termino temiendo sin saber muy bien a que o a quien. pinche sosobra de caminar sin saber si algun caco se enamoro de uno.

lunes, noviembre 29, 2010

un año y diecisiete dias y otras cositas intrascendentes

ya hace tanto tiempo, cuando hablaba del parque del poblado, de los rones, de las fiestas, del blue, del centro, del tibiri, del eslabon, de carlos e, de medallo, de bogota, de mis enredos, de mis novias, de mi exs, de TOL, de las TOLAS, de ese pequeño melrose place que llamábamos clan.

del clan solo sigo hablandome con Turo, Nanda y Molly (perdon la señorita natalia lives) Ana se caso y me entere por twitter, de Dea tambien solo me entero por twitter, Marcela perdida en el amor despues de perderse en una cocina, el pescado sigue con su hacktivismo socialista comunal mal mirado por el entramado digital vende humo, zero por ahí debe de seguir y leo a veces aparece por facebook a decir que vendrá.

aunque no quería escribir una especie de recuento, eso es lo primero que se me cruza por los dedos después de tanto tiempo sin escribir, lo mio nunca ha sido la ficción, lo mio siempre ha sido la observación del dia a dia, comentar un poco el momento o el fin de semana.

por ejemplo, el viernes fui al otorrino porque me canse de tener una congestión permanente y una rinitis imparable, me mandaron una inyección y desloratadina, estoy respirando mejor, sin le miedo a estar escurriendo moco en medio de una reunión importante, hoy fui al oftalmologo a que revisara la formula de las gafas, las gafas que se fueron con la maleta, la maleta donde tenia el portátil del trabajo, y que hace dos semanas me robaron un par de cacos en moto, que no me hicieron nada y que a pesar del sentido común perseguí por dos cuadras mientras gritaba a todo pulmón "ladrooooón", ir al médico me gusta, en parte porque gracias a la prepagada no pago nada y en parte porque me gusta que después de la revisión me digan que estoy bien, no me estoy muriendo y el achaque es normal, los mocos por el frió y la altura y lo de los ojos apenas natural cuando uno se ha pasado los últimos quince años cerca de un computador varias o muchas horas al día.

a veces me quedo revisando el catalogo de médicos como mirando un buffet, coqueteandole a la acupuntura o al médico naturista, incluso una profilaxis me hace ojitos, esto del catalogo de médicos es una buena idea, pero el libro esta lejos y no me quiero parar del cuarto y no quiero ponerme a hablar de cosas que no esten allí.

hoy me acostare pensando en cuando ire a medellín, hace varios meses que no voy y no tengo ni idea de como estará el trabajo o si alcanzare a ir en diciembre, pero de verdad me gustaria mucho ir.