miércoles, abril 11, 2007

hickeys - capurgana - medallo

amaneció en sapzurro, el ultimo día completo allí, mañana salimos para capurgana, si no lo hacemos así, no alcanzamos a regresar a Medellín a tiempo, por variar un poco lo tomamos con calma, desayunamos tarde, caminamos por la playa, nos asoleamos mientras acabábamos la ultima botella de gin, estuvimos toda la tarde frente al mar, en la arena, hickey - gin - hickey.

cuando se acabo el gin, volvimos al hotel, nos reímos de los moretones que teníamos en el cuello, comimos camarones, despues salimos al ritual nocturno de cartas, música, gin, hablar, cogernos las manos, mirarnos a los ojos, coquetiarnos, decirnos guachadas, y cuando se acaba el trago ir al cuarto, les tomamos fotos a nuestros huéspedes y les preguntamos por algún hotel de confianza en capurgana, esa noche me prendi bastante y me dio por hablar pendejadas, bea dice que la hice reír un monton haciendo voces y contándole que tenia ganas de vomitar y que si vomitaba iban a ser tres camaroncitos que se llamarían harry, hermione y ron.

el viernes nos levantamos a regañadientes, teníamos que empacar, nos dio tristeza, les regalamos algunas cosas a berledys y su esposo, una lancha nos llevo a capurgana, la policía esta vez no nos reviso las maletas, encontramos el hotel que nos habian recomendado, a una cuadra del muelle, con pinta de hotel barato de tierra caliente, un baño sin luz, una cama que suena y un ventilador en el techo y mas na, pero era solo por una noche y por veinte mil pesos era una ganga, compramos los tiquetes para la panga a turbo y nos fuimos a almorzar donde josefina un restaurante que nos recomendó un chileno, riquísimo, un pescado con salsa de camarones y azafrán delicioso, le encargamos una sierra para comer en la noche y nos fuimos a caminar, mientras almorzábamos vimos un anuncio para un spa y pues ya que era el ultimo día, porque no ir dejarnos hacer masajes, caminamos y caminamos, llegamos al spa pero ya no ofrecían un plan que nos pareció interesante y barato, solo ofrecían el mas caro, nos tomamos la aromática de manzanilla que nos dieron y seguimos caminando, pasamos por la "base" donde se estaban quedando algunos soldados, se termino la playa y seguimos andando por corales, hasta que el mar nos corto el paso y ya no pudimos avanzar mas, seguramente en algún recodo estaba el camino que necesitábamos, cansados y sin masaje nos devolvimos, nos sentamos por ahí en una playita y luego al hotel, dormimos, por la noche, nos comimos la sierra, le dijimos a josefina que la hiciera a su gusto, la hizo al ajillo, rico pero no tanto como el almuerzo, le dimos muchas vueltas al pueblo, alrededor del aeropuerto estan los sitios de rumba, compitiendo con volumen por clientes, vallenatos, regueton y rancheras, vimos montones de paisas corronchos como los llama bea, ese genero del interior, que usa camiseta de huequito, esta insolado, tiene manchas de bloqueador en la cara, no se quita las gafas oscuras para nada, usa un sombrerito ridículo y para colmo se exhibe en narizona sin pudor, sin muchas esperanzas volvimos al muelle donde en el primer piso de un hotel sonaba caifanes, nos sentamos y pedimos algo, bea agua y hielo y yo un margarita, bea le echo los restos de gin a su agua y yo intentaba descifrar porque mi margarita no tenia tequila, hicimos planes, nos dimos besos, nos tomamos fotos y nos reímos, al día siguiente la panga salia a las 8am y necesitábamos descansar.

el sabado acose a bea para que se bañara y se enojo, mientras tanto yo iba empacando las pocas cosas que sacamos, bajamos al muelle y ya había mucha gente, (tip, compre su tiquete de vuelta apenas llegue, así se asegura una buena silla), la policía reviso un poco las maletas y nos fuimos montando mientras nos llamaban, treinta personas en una lancha con dos motores de 200 caballos, el regreso a turbo lo viví largo, tal vez porque ya no sentía la anticipación de lo desconocido, lo bueno del regreso es que ya no íbamos contra el mar, entonces los saltos de la ida fueron pocos al regreso. en turbo ya curtidos, no aceptamos la ayuda de nadie, salimos caminando del waffe, un niño nos dijo que no llevaba a la terminal, le dije que no le iba a dar nada, el pelado se sonrió y dijo que la empresa de transporte le daba algo. el regreso por tierra fue en un microbus, y en contra de lo que pensaba fue lento, mas lento que el bus de noche, la primera parte me impacto por su verde, tanto banano, tanta tierra fértil, después selva, mucha selva, indios embera katios y selva, de la selva siguió un terreno árido, bordeando la cordillera, montañas peladas, con un pasto ralo y nada mas, luego de la cordillera santafe de antioquia que ya es territorio conocido y finalmente Medellín.

llegamos a mi nueva casa, tras tres horas en lancha y nueve en bus, la primera vez que entraba después del trasteo, trasteo que me perdí por andar de paseo, bea en todo su esplendor sapzurrero y yo en las mismas, algo de rojo en los cachetes de la ucha al saludar a mis papas, una ducha para bea y ropa limpia para los dos, y que vamos a hacer? pues vamonos de rumba pal deck.

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