el miércoles unas veinticuatro ronchas cubrían un área de muñeca no superior a los 10 centímetros cuadrados, supongo que el toldillo se doblo sobre el área en cuestión y los mosquitos no perdonaron, volvimos a desayunar en el hotel, y con el afán que nos caracterizo durante todo este viaje, dijimos que no íbamos a caminar por ahí, nos íbamos a quedar en la playa nos íbamos a meter al mar a ver los corales y mas na'.
después del desayuno volvimos al cuarto, a dormir a leer, a sudar, a consentirnos, a darnos besos y a comernos sin pereza pero con calma, como a las dos salimos a almorzar algo y a caretiar, dejamos las cosas en la arena, para que el par de cachorritos que habia las cuidará y sin mucho preámbulo nos metimos al mar, los primeros metros fuimos despacio, mientras bea le cogía el ritmo al snorkel y la careta, no había mucho para ver, unas algas verdes a un par de metros de la superficie, decidimos acercarnos a la costa por donde están las rocas, pero nada, ya desilusionados, nos devolvíamos, cuando vimos unos corales que alguna vez tuvieron mas color, pero que no dejaban de ser corales y a los pescados les gusta el coral, es un hecho, le dimos muchas vueltas, perseguimos pescados, y nos agarrábamos la nalga sin pudor, volvimos a la playa, nos secamos el mar y nos quedamos ahí, tomando cerveza, viendo el mar, dándonos besos y esperando el atardecer.
nos tomamos muchas fotos en ráfaga, haciendo muecas, parecíamos haciendo una película animada cuadro a cuadro, mas cerveza, mas besos, mas libros, en esa tarde termine de leer las revistas que había llevado, jugué un rato con la cámara quitandole el flash y ajustando el foco, la exposición y el balance de blancos manualmente, de un momento a otro se oscureció, pagamos las cervezas, bea compro un montón de rosquitas y nos fuimos a bañar y a calmar las cervezas y el mar que teniamos en los ojos.
por la noche, no quisimos sentarnos al frente del hotel, entonces nos fuimos para el muelle, iluminados por las estrellas, hablamos y nos reímos y nos tomamos un montón de ginebras, nos quedamos ahí hasta que el pueblo se quedo callado, wedgehead aprovecho un descuido y se tomo sapzurro, los policias no tuvieron oportunidad, volvimos al hotel y de falta de sueño prendimos el televisor y nos vimos wedding crashers en hbo, mas tarde practique el turbo boat.
Esto fue de lo más rico del paseo, la caretiada agarrados de la mano. NO contaste la bola de voleyball que nos encontramos en la mitad del mar y que juramos que era Wilson...
ResponderBorrarEsa noche peliamos y te bajaste de la hamaca en la que estabamos viendo TV porque no me dejabas rascarme mis ronchas...
soy un convencido de que rascarse atrae mas mosquitos y yo ya había tenido suficientes.
ResponderBorrarTurbo BOAT brbrbrbrbrbr