a las 700 los pajaritos nos despertaron, nos desarrugamos de las quince horas de sueño, bea bajo a ver que era el desayuno, toda la gente luego nos diría que doña triny la dueña del sitio era una gran cocinera, lastimosamente la persona que habia dejado encargada no lo era tanto, unos huevos revueltos con un excedente de grasa como para satisfacer a un ingles, una arepa mal asada y un cafe con leche aceptable fue el desayuno, subimos al cuarto a recoger un par de libros, un pareo donde acostarnos y algo de agua, salimos a la calle y como quien tira una moneda al aire decidmos ir hacia la derecha bordeando la playa, vimos muchas casas vacias, muchas con letreros informando que se alquilaban cabañas o habitaciones, casi todas muy bonitas, nos daban envidia, la arena blanca y el mar con unos colores hermosos, una imagen que muchos quisieramos tener mas a menudo al despertarnos y durante cualquier momento del dia. caminamos unos veinte minutos, hasta que vimos el pueblito lejos, ningún otro turista a la vista, ningún vendedor, nada, solo la playa una casa abandonada a nuestra espalda y el mar al frente. nos quedamos ahi hasta casi las doce, era domingo y las campanas de la iglesia no sonaron, la iglesia parecia un sitio poco frecuentado, deshicimos los pasos y justo frente al muelle y despues de preguntar en varias partes por algo para almorzar llegamos al happening place, un sitio donde de un momento a otro se materializaron un par de policias a almorzar y un grupo de sapzurreros, nos comimos un pargo y varias cervezas, uno de los policias resulto ser el comandante de la estación de policia, nos pregunto cosas de rutina y nos hizo saber que siempre estaba listo en caso de ataque de los bandoleros que se escondian en la selva, con el estomago lleno, volvimos al hotel nos bañamos y colgamos unas aretas allí, leimos un poco mas y aprovechamos la frescura del baño para hacer con mas calma lo que el dia anterior habia sido tan impetuoso, mas tarde salimos a tomarnos un par de cervezas y en la noche, compramos dos bolsas de agua congelada, dos botellas de agua con gas y procedimos a abrir la primera botella de ginebra y a jugar cartas, hasta que nos cogio el sueño y fuimos a espantarlo con besos y caricias.
Addendum. las fotos se van agregando a medida que voy contando.
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