el miercoles despues de una noche fresca y sin zancudos me desperte en un cuarto ajeno, estaba en bucaramanga, tenia sed y muchas ganas de bañarme, bañarse en una casa ajena siempre es raro, no sé porque pero no me gusta que me vean entrar ó salir del baño y mucho menos saludar gente cuando aun conservo lagañas y aliento mañanero, pegando el oido a la puerta no oi nada, entonces doble en una camiseta los yiyos limpios, el jabon chiquito que siempre cargo en los paseos, el cepillo de dientes y la maquina de afeitar, siempre en estos casos me esmero porque la taza del inodoro quede más limpia de lo que estaba, que el jabon quede sin desechos pilosos de cualquier tipo, el lavamanos sin la babita que se escapa al cepillarse y el piso más seco posible. los tios de naty (a quien amoooo y con quien espero vivir dentro de poco en la capital y quien si va a ir al concierto de jamiroquai) empacaron como diez maletas, parece que nos ibamos a ir a vivir a la finquita en la mesa de los santos, el desayuno estuvo rico, con huevo y arepa santandereana y un queso blanco duro rico, salimos de bucaramanga mientras los tios hablaban y hablaban de la seguridad en la mesa, de lo bonita que es la mesa, de la gente que vive en la mesa, de lo tranquila que es la mesa, mientras tanto subiamos y subiamos por una carretera en buen estado pero estrecha y con unas curvas y contracurvas como para infartar ciclistas.
en la entrada a la mesa de los santos hay un peaje que se paga al salir no al entrar, el clima es diferente, mucho más fresco y más verde, por lo que nos contaban, la mesa originalmente fue un desierto pero ahora parece un oasis verde, vimos las motos de la 'empresa' de seguridad, los negocios de comida cerrados, paramos en una panaderia y compramos unos pandeyucas que estaban viejos, obviamente los acompañamos con kola HiPinto, primero vimos el cultivo de café en sombrio, desde que estaba en la escuelita de doña rita y veia las maticas de café entre los arboles de mango, no veia cafetales en el medio de arboles grandes que les dan sombra, el café de la mesa de los santos es calidad de exportación y menos del diez por ciento se dedica a consumo interno, despues vimos el lago del club campestre y las mansiones alrededor, despues el mirador sobre el cañon del chicamocha, cosa honda mano, para terminar fuimos a la finquita de los tios de naty, allá almorzamos muchas cosas verdes, porque esta gentes es vegetariana, intente no hacer muy mala cara y casi casi me comi todo, corrección: la abuelita de naty, no tiene alzeimer, solo esta un poco senil. como a las dos y media regresamos, los del peaje cobran al salir porque esa es la unica via de entrada que tiene la mesa de los santos, aunque así el hecho de pagar ocho mil pesos en un peaje es más duro. de vuelta, pocas palabras, todos teniamos sueños y solo queriamos llegar.
despues de una siesta donde sude y quede con ese sopor propio de las ciudades calientes, salimos con coti a la zona del calzado, por si no sabian bucaramanga es famoso por el calzado para dama y caballero, despues de recorrer todo el sector de arriba a abajo, naty encontro los zapatos justo en el almacen que estaba al lado de donde nos habiamos parqueado, luego una visita corta al sanandresito a buscar la caja de solera, que se encontro a precio modico, por demas.
y ya que estamos en esto de conocer, pues vamos a girón que esta acá cerca, la parte vieja de girón me gusto mucho, los parques y las calles empedradas siempre me gustan, despues de girón el almuerzo vegetal ya se habia digerido y esperaba turno para evacuar el intestino, solución vamos a comer carne, el sitio: mercagan (pueden ser de la asociación ganadera y lo que quieran, pero el nombrecito da para reirse mucho), hamburguesa para naty y coty, carne de res y de cerdo para mi, ole que cosa tan buena mano, la hamburguesas eran casi el doble de grande que una corral especial y era más barata, mi carne estaba buenisima, las papitas en su punto, suertudos bucaritas por tener un comedero de carne tan bueno y barato. despues dooormir.