miércoles desayunar, almorzamos naty marce y yo en patacones de la séptima con sesentaypico, después llego leo y remato los platos que las niñas no fueron capaces de terminar (ver cara de satisfacción), un taxi que nos dejo al frente del museo y recorrer los corredores del panóptico, una conclusión de este recorrido es la falta de próceres de la patria y heroínas atractivos, reírme de las babosadas que le dicen las mamás a los niños ante las preguntas que no saben responder y me pregunto para qué los llevan si ni ellas saben lo que están viendo, caminamos hasta el Jorge Eliécer Gaitán, para preguntar por la presentación de esa noche, un toque de Arnedo y la filarmónica de Bogotá, caminar hasta la diecinueve para conocer el país en chiquito, buscar un cajero y después un café en oma, volver al teatro y vernos con turo, pagar la exorbitante suma de cuatro mil pesos, tomar alguna foto en actitud reflexiva, después del buen concierto, en el cual por cierto cabecee varias veces e hice un sonido indecente durante una presentación de danza, buscamos comida para naty y turo en chopicentro, donde la comida fue abundante, barata y la mesera mas o menos pulcra, un taxi después y estábamos entrando a quiebracanto, lugar donde las niñas engordaron pupila y los niños mirábamos lo poquito que se podía mirar, llego v la housemate de naty y algo se bailo y se rió y se bebió, si se acuerdan del viaje a taganga, me encontré otra vez con Ángela igual de llevada pero me reconoció, mucho calor en ese sitio ala, ni un maldingo ventilador, mucho humo de cigarrillo y ojos rojos, un imberbe muy krazy el con saco, corbata y un gorro de bobo del pueblo intento armar problema, el calor nos venció finalmente, reparto de gente en taxi y de nuevo en la casa (escenas censuradas), jueves desayunar.
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