en décimo conocí a los que serian mis mejores amigos del colegio, por fin ya no tenia ningún compañero que siempre estuviera armado, ni ningún vendedor de drogas, solo un par de milicianos, que en sus barrios a veces patrullaban con las convivir. se acabaron las clases de alemán, porque no me fui por la rama de ciencias y humanidades, pero ahora tenia 16 horas a la semana de computadores, desde programación hasta bases de datos, (creo que por eso ya no tenia compañeros pillos).
ahora estudiaba en la mañana, lo que le bajaba un poco al voltaje del transporte nocturno, aunque me encantaba subir pegado de la puerta en el bus, colgado cual gamín, viendo la noche y sin morir de calor en esos buses siempre tan llenos de gente, subir colgado de un bus a las 2 de la tarde era mas bien ridículo, si el bus va vació casi siempre.
me gustaba una niña de octavo, tenia unas facciones limpias con ojos ligeramente rasgados y un color de piel como el aceite de oliva, mas tarde me di cuenta que su nombre: yesenia, se debia a que era hija de gitanos, le hable algunas veces, nos tomabamos una gaseosa con un pastel de guayaba, mientras mi timidad le intentaba sacar alguna palabra a su timidad, pero no lo lograbamos.
por esos dias decidí dejar de preocuparme por las notas, relajarme mas, disfrutar el colegio. tal vez por eso pase a tener disciplina aceptable, el promedio bajo y deje de estar entre los primeros del salón a ser un estudiante de media tabla, en esos años cogí la costumbre de sacar libros en cantidades de la biblioteca, casi uno por semana, para leer por las tardes, porque por mi casa nunca hubo parabolica, por eso no entiendo los chistes de pata claun, no me simpatiza la chola chabuca y nunca amenice un almuerzo con el show de laura en america.
las cosas en la cuadra se fueron calmando, aunque ahora el expendio de drogas era en la mitad de la cuadra y se podia ver a cualquier hora a la señora que vendia sus cosas como la visitaban constantemente policias y mas tarde se arrejunto con un tombo de la estación, habia un taller de motos donde los pillos pasaban casi todo el dia, mirando con los ojos bien abiertos las motos que allí estaban, soñando con tener una rx110 o una ax115 para hacer sus vueltas, solo algunos duros andaban en kmx verde, ese taller fue la escuela para muchos, aprendían a arreglar y montar en moto, y a moverse en ese mundo. los bazuqueros que a veces se parchaban al frente de la casa, los fueron echando, arrinconandolos, unos cuchos que parecian de cuarenta o mas por el vicio, haciendole caso a pelados que no pasaban de los 18.
creo que fue la primera vez en medellín en que despues de la muerte de un duro o de su captura, las cosas se calmaron, no hubo una guerra por el territorio, al menos no inmediatamente, solo años despues todo volveria a calentarse pero ahora por cuenta del BCN y del Bloque Metro, toda esa "calma" se debia de pronto a que durante esa época mas que nunca se cumplia eso de que nadie sabe lo de nadie, el mas care gueva podia ser un duro en una convivir y hacerte desaparecer. primaba la cautela, empezaba tambien la gente a ver con buenos ojos a las milicias urbanas, a los que pacificaron los barrios, acabaron con los ladrones, echaron a los violadores y los viciosos.
la mayor enseñanza de ese año fue: la pena o la verguenza son sensaciones innecesarias, entonces no valia la pena experimentarlas.
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